No es casualidad que en los últimos años la RV esté siendo cada vez más utilizada por los psicoterapeutas como herramienta para mejorar la efectividad de sus intervenciones, de manera segura y controlada (1). Por ejemplo, la “Terapia de exposición de realidad virtual” (Virtual Reality Exposure Therapy), se utiliza hoy con gran éxito en el tratamiento de diversos trastornos, como las fobias. En este ámbito clínico, el método de RV consiste en exponer gradualmente y de manera controlada al paciente al estímulo ansiógeno en el entorno virtual. Utilizando este método, se han obtenido resultados interesantes en la acrofobia, la agorafobia, la fobia al vuelo, la claustrofobia y el tratamiento de las fobias sociales. Otras aplicaciones de la RV incluyen el tratamiento de los ataques de pánico y la ansiedad (2), así como condiciones clínicas más complejas, como el TDAH (3), los trastornos alimentarios (4), el trastorno de estrés postraumático (5), la psicosis (6), el dolor agudo y crónico (7), la depresión (2), los trastornos psicosomáticos (7), el autismo (8) y muchos otros.