Existen varios tipos de psicotecnologías, a menudo integradas entre sí y cada vez más sofisticadas, que pueden ser acompañadas por un profesional de la salud mental: de telecomunicaciones (para consultas incluso a distancia), de bienestar (para aliviar el estrés y las tensiones), psicoeducativas (para hacer consciente a una persona y a sus familiares de la naturaleza y el manejo de un malestar psíquico del que sufre), lúdicas (para aprender jugando, con juegos serios digitales, pero también con videojuegos comerciales), de autorregulación fisiológica (para aprender la regulación fisiológica y emocional, tal vez a través de ejercicios de biofeedback o neurofeedback), de evaluación (para generar, por ejemplo, una evaluación del estrés o un análisis de personalidad), psicodiagnósticas (para detectar posibles psicopatologías de manera más precisa y rápida), de encarnación e intercambio de identidad (para entrar en otro cuerpo y acostumbrarse a una imagen más saludable de uno mismo, o para fomentar la empatía y el empoderamiento), simulativas (para simular situaciones fóbicas o estresantes en una realidad virtual protegida), emotivas (para hacer que interactúen afectivamente inteligencias artificiales con seres humanos), rehabilitadoras (para ayudar en la rehabilitación cognitiva de procesos como la atención y la memoria), imaginativas (para estimular la imaginación a través de nuevos mundos posibles), transformadoras (para fomentar el cambio positivo), incluso trascendentes (para contactar con estados de conciencia superiores).